Para comprobar si los huevos son frescos se sumergen en un recipiente con agua, si los huevos flotan es que no son frescos, los que se van al fondo son los que están buenos.
También los más frescos tienen la cascara mate y granulosa y al agitarlos no se advierte ningún movimiento en el interior, porque no hay casi aire, al ocupar la clara y la yema todo el hueco.
El color de la cáscara no tiene nada que ver con la calidad, solo depende de la raza de la gallina o de la alimentación.
Los huevos se deben guardar en el frigorífico y tener cuidado de no ponerlos cerca de un alimento de gran olor pues son muy porosos y podrían adquirir los olores, por eso mismo no se deben lavar sino se van a consumir inmediatamente.