Son unas galletas crujientes y profundamente aromáticas y que además al no llevar huevo entre sus ingredientes hace que las personas con esta intolerancia puedan disfrutar también de ellas.
El origen de estas galletas se sitúa en la Primera Guerra Mundial ya que se dice que las mujeres de los soldados de la Australian and New Zealand Army Corps (de ahí su nombre) se las enviaban a sus maridos cuando iban a combatir, ya que gracias a los ingredientes que llevan y también gracias a que no llevan huevo en su composición, se conservaban durante mucho tiempo en condiciones óptimas.
En Australia existe incluso un día dedicado a estas galletas (Anzac day) y las elaboran ese día particularmente para conmemorar el sacrificio de los soldados en la guerra. Están deliciosas.
INGREDIENTES:
- 85 gr. de copos de avena
- 85 gr. de coco rallado
- 100 gr. de azúcar
- 100 gr. de harina
- 100 gr. de mantequilla
- 1 cucharada de miel de caña
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 cucharadas de agua hirviendo
ELABORACIÓN:
Primero ponemos a precalentar el horno a 180º C.
En un bol ponemos juntos los copos de avena, la harina, el coco rallado y el azúcar y reservamos.
Derretimos la mantequilla en el microondas y le añadimos la miel y lo mezclamos hasta que se integren bien los dos ingredientes.
Ponemos en un vaso u otro recipiente las dos cucharas de agua caliente y echamos el bicarbonato sódico, lo movemos y se lo añadimos a la mezcla de la mantequilla y lo movemos muy bien. Lo incorporamos a la mezcla de solidos ,mezclamos bien hasta obtener una masa densa.
Formamos las galleta que no sean muy grandes y que estén separadas, porque crecen mucho, se hacen finitas. Se hornean alrededor de 15 minutos o hasta que veamos que estan doradas.
Tenemos que tener cuidado porque son frágiles cuando salen del horno, luego se ponen mas duritas y crujientes.