Preparación
En esta ocasión, no indicamos las cantidades en los ingredientes, porque depende de las frutas que más nos gusten y de la cantidad de estas que queramos poner.
La Chía es una planta proveniente de América Central. Sus semillas son ricas en carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales. Por suerte en el siglo XXI mucha gente ha trabajado para revalorizar y dar a conocer este alimentos.
Estas pequeñas semillas han cobrado mucha importancia principalmente por ser una fuente importante de Omega3, por lo que es un gran aliado para reducir el colesterol. Además, su alto contenido de fibra hace que sea ideal para el tránsito intestinal. Este alto contenido aconseja que se beba bastante agua.
Estas pequeñas bombas de vitaminas, minerales y ácidos grasos que ayudan a combatir la grasas y regular el peso corporal, son muy simples de usar.
Se pueden incorporar fácilmente a cualquier alimento, desde ensaladas a salsas, pastas, arroces y casi no alteran el sabor, también combinan con el dulce, en tortas, donuts, muffins y casi cualquier cosa.
La manera más fácil, rápida y recomendable de tomar la chia es verter una cucharada sopera de esta semilla en media taza con agua fría o tibia, moverla unos segundos y dejar reposar entre 30 a 45 minutos antes de consumirla. Se puede dejar toda la noche y consumir en el desayuno. De esta manera se habrá formado una especie de gel.
La dosis máxima de chía al día es de unas 2 cucharadas soperas.