– ½ K de langostinos.
– 2 latas de bonito asalmonado de 140 gr.
– 1 lata de anchoas.
– 150 gr de mantequilla.
– 2 sobres de gelatina neutra.
– ¾ L de agua.
– ½ L de vino fino de Jerez.
PREPARACIÓN:
En una cacerola se cuecen los langostinos con el agua durante cinco minutos sin echarle sal.
La gelatina se disuelve en el vino fino de Jerez y se le añade el agua de cocer los langostinos después de que se asiente y se cuele.
Los langostinos se pelan y se reservan, con las cabezas y las pieles podemos hacer un fumé que nos serviría para otra ocasión.
Se coge un molde redondo de corona y se le echa en el fondo, como un dedo y medio del vino de Jerez con el agua de cocer los langostinos y se mete en la nevera un rato para que se vaya cuajando la gelatina.
Mientras tanto se hace una pasta con el bonito asalmonado escurrido, la lata de anchoas con el aceite y la mantequilla a temperatura ambiente, se mezcla todo muy bien hasta que quede una pasta parecida a un paté.
Cuando la gelatina del molde ya tenga consistencia se incrustan los langostinos boca abajo, es decir con los extremos hacia arriba, uno al lado del otro, lo mas pegado que se pueda, así todo el circulo del molde. Después se rellena con la pasta de bonito el interior de los langostinos y se mete en el congelador para que la pasta se endurezca. Cuando ya este durita se echa con cuidado el resto del caldo que teníamos hasta completar el molde y se mete en la nevera por lo menos durante seis horas.
A la hora de servirlo basta con sacarlo de la nevera un rato antes y se desmoldara bien, también se puede sumergir el molde momentáneamente en agua caliente.
Tiene muy buena vista el áspic solo pero, si se quiere se puede adornar la fuente con lechuga muy picada o zanahoria rallada o huevo duro rallado…