El día 25, a las 19 horas en el Ateneo gaditanos asistimos a la conferencia dada por J.A Mena sobre los vinos de 1812, una mas de las organizadas por Las Tertulias Gastronómicas del Ateneo.
D. J.A Mena es periodísta gastronómico, miembro de la Asociación de Prensa Gastronómica de Andalucía y experto en vinos de la provincia. Fue presentado por Dª María Luisa Ucero, coordinadora de las tertulias gastronómicas y autora del libro de cocina gaditana “Una provincia para comersela”.
La primera parte de su exposición estuvo dedicada a la historia trimilenaria de los vinos de esta zona , centrada en el triángulo Jerez, Sanlucar y Puerto de Santa María.
Como ha demostrado el hallazgo de lagares en el yacimiento arqueológico de Doña Blanca, la producción de vino se remonta a época fenicia.Los vinos de Jerez empezaron a tener fama en todo el mundo mediterráneo durante el Alto Imperio Romano,asi lo atestiguan los restos de anforas vinarias encontradas en el Monte Testaccio , la mayoría horneadas en los alfares gaditanos. De esta época data el primer tratado sobre viticultura conocido : De Res Rustica de L M Columela.
Pese a la prohibición coránica de ingerir alcohol , los árabes andaluces gozaron de algunos períodos de relajamiento de estas costumbres que favorecieron los progresos en destilación y pasificación.
La producción de vinos jerezanos no decae tras la reconquista cristiana. De 1483 datan las primeras ordenanzas sobre elaboración y comercio del vino orientado a los mercados flamencos, ingleses y franceses.
La fama de los vinos gaditanos se acentúa durante la Edad Moderna por el comercio con Inglaterra y la demanda americana.
En el siglo XIX, tema central de la conferencia, el vino consumido dependía de la clase social a la que se pertenecía.
La burguesía comía con agua y tomaba vino como aperitivo o en la sobremesa, habitualmente jerez, vinos canarios u Oporto.Los obreros bebían vinos baratos llamados “vinos de pasto o de todo beber”» como el Carlón de uva garnacha y unos 15 º .
Entre los vinos de la época destaca el “fondillón” de uva monastrel madurada en la cepa y alta graduación. Era muy apreciado, sobre todo en las largas travesías marítimas, ya que eras creencia popular que servía para combatir el escorbuto.
Los “finos de palomino”- fermentados directamente en la bota- eran también muy apreciados. Su graduación era superior a la actual entre 15º-18º ( hoy 15º). Eran objeto de un intenso comercio con Inglaterra . Como dato curioso el primer envío de la celebre bodega Gonzalez Byass data de 1883 ,año en el que consta la salida del puerto de 10 botas envinadas.
La manzanilla empieza a ser citada en los textos a principios del XIX , su consumo se generaliza al final de la Guerra de la Independencia y empieza a ser vendida con regularidad a partir de 1830.
Otros vinos interesantes de esta época son los “vinos amorosos” ( nombre que hace referencia a una viña) similares a los actuales cream ; el brown sherry , mezcla de fino y moscatel; El Old East Indian, vino de ida y vuelta; y sobre todo el “pajarete” y la “tintilla de Rota”.
El pajarete es un vino de la zona de Prado del rey y Villamartín que debe su nombre asl castillo de Matrera o Pajarete. Es un vino dulce a partir de uvas Pedro Ximenez sobre una base de arrope o sancocho.
La tintilla de Rota era en su origen un vino dulce tinto que en la actualidad intenta recuperar la bodega El Gato de esta localidad.
Su conferencia terminó haciéndo referencia a las declaraciones de Jancis Robinsón, una de las grande master wine del mundo y sumiller de la casa real inglesa , que considera los vinos de Jerez como únicos en el mundo.A pesar de la fama y calidad de nuestros vinos, el 80% de las cartas de los restaurantes de la provincia son vinos procedentes de otras regiones.
Después de terminar se obsequió a los presentes con una cata de vinos de la bodega Mons Urium de Jerez: fino, palo cortado y Pedro Ximénez.
El evento terminó con un brindis por todos los presentes.