Ya se va el invierno con sus guisos contundentes que preparan el cuerpo para el frío y las lluvias de la estación. Llegan los platos sencillo y frescos que nos ayudaran a soportar las calores del verano y las legumbres se ven arrinconadas a los fondos de nuestras despensas. Pero antes Petri, Jefe de Cocina de la Venta Melchor, ha querido despedirlos como se merecen, a lo grande, con un desfile de platos que forman la carta de sus Jornadas del Cuchareo Gaditano, un clásico que ya va por su V edición.
En su oferta lo de siempre , lo que nunca pasa de moda porque está en nuestro ADN gastronómico: guiso de papas con chocos, garbazos con rabo de toro, alcauciles con chícharos, berza de judías verdes y calabaza, guiso de manitas con papas….a los que Petri – fiel a su lema de la olla que sube hacia las nubes en un globo con los colores del arco iris- añade siempre algo de si misma, de su naturaleza curiosa y creativa, un guiño a los comensales y a las novedades gastronómicas: una especia poco utilizada, una nueva salsa como el garum, una mezcla arriesgada de ingredientes…. Los resultados son sorprendentes. Una cocina equilibrada, elegante que estimula nuestra memoria porque son los sabores de nuestras vidas sin renunciar a la innovación.
Petri y su marido Juan Carlos salieron como siempre a recibirnos, como un ama de casa recibe a sus invitados. Es algo que siempre me sorprende. Nunca se la ve estresada – el restaurante estaba a tope y ha tenido que ampliar las jornadas una semana mas- pero ella se pasea con las mesas , charla con los amigos , aconseja y da recetas mientras no deja de controlar con el rabillo del ojo al personal de sala y la salida de los platos.
Cuando llegamos el pan ya estaba en la mesa. Un estupendo pan de trigo y espelta horneado en la Venta que tuvimos que reponer varias veces.
Queríamos probarlo todo. Era difícil decidirse, así que optamos por tomar toda la carta.
A los entrantes: “Cuchara de pisto de temporada con huevo de codorniz” y “Papas aliñadas con atún confitado”, siguió un exquisito “Arroz bomba con alcauciles romanos de Conil” que empiezan su temporada. Para nosotras fue el mejor plato de los que probamos. Petri, con muy buen criterio lo sirvió en primer lugar ya que estaba recién hecho. Su elaboración es simple porque los productos no necesitaban mas: un refrito de cebolla, un poco de pimienta, un chorrito de amontillado y el guiño de la olla volandera: la nueva salsa garum reconstruida por la UCA.
A continuación “Sopita de camarones con almejas y garum al pan frito”. Buenísima, oscura, espesita y contundente.
Le siguió “Garbanzos de Navero con pulpo de Conil”. Un guiso a la manera tradicional, con especias de menudo que incorpora como novedad el pulpo de roca Un maridaje mar y montaña en el que Petri parte de la tradicional alianza pulpo y pimentón que interpreta a su manera ya que le añade unos trocitos de chorizo ibérico.
Seguimos con “Garbanzos de Navero con rabo de toro de retinto”. Como en todas sus creaciones, Petri es una defensora acérrima de los productos de su comarca que constantemente utiliza en su receta. Su cocina es la mejor propaganda para las legumbres, la carne, las verduras y el pescado de la Janda que selecciona buscando siempre la calidad máxima
Casi no podíamos más, pero no queríamos dejar de probar la “Berza de judías verdes con calabaza y chícharos” ni el “Guiso de alcauciles romanos con habas y chícharos”. Dos estrellas de los guisos tradicionales. Hubiera sido imperdonable no probarlos, y no nos arrepentimos.
Los postres pusieron un dulce punto final a esta entrañable y exquisita comida. “Arroz con leche y piñones de la dehesa de Roche”, “Mousse de queso fresco con fresas de Conil “y “Tarta borracha de limón”. Todos para repetir.
En la sobremesa, tomando café, seguimos hablando con Petri y Juan Carlos sobre las cosas del comer. Las jornadas han tenido tanto éxito que se prolongan hasta el fin de semana que viene cuando ya el establecimiento se plantaba iniciar las tradicionales jornadas de la huerta de Conil. Juan Carlos, nos halaba con enusiasmo de un hermanamiento entre cuchara y verduras, una simbiosis que nadie debería perderse.
Tras las fotos correspondientes, nos despedimos no sin llevarnos como obsequio un tarro de exquisito pisto elaborado por Petri con las verduras de su tierra que tanto ama y mima.