La segunda actividad de II Encuentro de blogueros en Rota fue la visita al centro de la mayetería en el camino de Santa Teresa nº 2. En esta ocasión nuestra anfitriona fue Rocío Ruiz de la Delegación de Turismo.
El centro se inauguro en el 25 de marzo de 2007 aunque llevaba funcionando desde octubre de 2006, con el objeto de recuperar, conservar y difundir la agricultura local asi como las tradiciones y la cultura material de los mayetos.
En las 2 Ha que ocupa el centro se reproducen las tres chozas características del mayeto: la mayeta propiamente dicha realizada enteramente de materiales vegetales; la de cuchillo con cubierta terminada en punta y la de media naranja, mas amplia edificada con materiales de construcción y cubierta vegetal. Cada una de ella alberga un espacio didáctico diferente. La primera que reproduce la vivienda típica de la mayetería, la choza de cuchillo,también llamada del camaleón esta destinada a dar a conocer el habita y costumbres de esta animal- hoy en extinción- estrechamente vinculado a la mayetería; y la de media naranja se ha acondicionado como museo de la mayetería en el que se exponen diversos utensilios del ajuar doméstico, aperos agrícolas y reproducciones en miniatura de escenas de la vida del campesino.
Junto a las construcciones dispone de zonas de labor ya que el centro se incluye en el Programa de Huertos de Ocio Municipales, donde los mayores pueden disfrutar de unos 100 m² de terreno para su autoabastecimiento, así como el Huerto Escolar, la Zona de Viñas, donde se pretende recuperar la “Tintilla de Rota” como variedad de uva tinta exclusiva de la zona. Y por ultimo, los establos de los animales, donde se puede encontrar: la mula con la que se aran los terrenos de los huertos, típico de la mayetería roteña, cabras, gallinas, palomos, conejos de campo, ovejas, vaca, burros y una yegua.
En el recorrido pudimos observar diferentes cultivos de huertas y frutales característicos como tomates, calabazas, granados, azofaifas, membrillos……
La mayetería es un tipo de agricultura tradicional en minifundios característico de Rota y , en menor medida, de Chipiona y Sanlucar que tiene su origen en la Carta Puebla entregada al la villa en el siglo XV. En ella se establecía el reparto de pequeñas parcelas de tierra entre los pobladores de la zona que se comprometieran a conservarlas y explotarlas. cada campesino disponía de una parcela, una choza y un animal.
El origen de este sistema de cultivo (pequeñas parcelas, regadas a mano y con una fuerte vinculación del campesino a su tierra) se remonta a época árabe cuando en este municipio existía un cinturón de huertas que abastecían a las ciudades de los alrededores. Este origen árabe se puede tanbien apreciar en la estructura de las viviendas muy similares a las barracas moriscas valencianas.
La concesión a Estados Unidos de los terrenos de la actual Base de Rota expropió muchos de los huertos. Las zonas agrícolas mas fértiles fueron ocupadas por las instalaciones de la base y se impuso un nuevo modelo de economía basado en el sector terciario que termino por extinguir este tipo de agricultura. Se mantuvieron algunos huertos para autoconsumo familiar, pero ya el mayeto dejó de vender fuera estos productos
Al campesino que practica la mayetería se le denomina “mayeto”. El origen de su nombre se debe a que – por las peculiaridades climáticas y el esfuerzo del campesino- los productos eran tempraneros, llevándose al mercado en el mes de mayo, sobre todo las calabazas y tomates famosos en las huertas roteñas.
La vivienda mas característica del mayeto – la choza cochinera- era de paredes y techumbre vegetal, de pasto vano que cogía en las marismas del Guadalquivir, lo que las hace frescas en verano y cálidas en invierno.
Se construía de espalda a los vientos fríos del norte. Todos los años volvían a cubrir su techumbre echándole “la camisa”, una nueva capa que coronaban con algas de la playa de la Costilla para mantener la cubierta de la casa bien aislada.
Solía tener dos dependencias, separadas sólo por una cortina o una tela de saco. La sala común, donde también dormían los hijos, y el dormitorio del matrimonio.
Las paredes eran lisas , excepto una estrecha ventana que permitía su ventilación y la puerta de entrada. Normalmente se cocinaba en el exterior, que es donde estaban también las cuadras, las cochineras, gallineros y conejeras . Una higuera o una parra y un pozo completan las instalaciones.
La choza más amplia, llamada “Choza de Cuchillo pequeño “, de aspecto más moderno, se construye en mampostería con cubierta vegetal a dos aguas. Actualmente alberga el Museo del Camaleón.
La choza de la media naranja mitad de obra y mitad vegetal, en la que se ha instalado un museo, es mas espaciosas y con estancias divididas por paredes. Corresponde a los mayetos adinerados – pelendrines- que podían tener jornaleros trabajando en sus huertos.
En el museo pudimos ver la característica jarea de riego mayeta y algunas curiosidades como la piel seca de una calabaza que servia de esponja.
Tambien se hallan expuestas varias maquetas que recrean la vida de este campesino.
La vida del mayeto es muy dura. Apenas descansa excepto en tres días señalados : San Isidro Labrador, Jueves Santo (por su devoción al Nazareno) y el 7 de octubre, fiesta de la patrona N Sra. de la O . En época de recogida de la cosecha y de mercado incluso los más pequeños faltaban a la escuela.
El suelo de sílice, muy permeable pero poco fértil, exigía un trabajo continuo. El riego era a mano, con agua de pozo por medio de la característica jarra de riego de origen árabe, de hierro con boca de pico y terminada en punta para poder clavarla en la tierra en los descansos. La imagen típica del mayeto es la el campesino con una jarra en cada mano casi corriendo por los liños entre cultivos para mojar la primera capa de tierra, permanentemente agachado, por lo que solía sufrir problemas crónicos de columna (anquilosis vertebral roteña). Otro problema eran los vientos fuertes de levante que quemaban las cosechas por lo que el mayeto solía abrigarlas con hojas de palmitos.
El abonado se hacía a mano con los excrementos de los animales que existían en la parcela en dependencias apropiadas o encerrados entre cercos de chumberas.
El mes de mayo, en que se hacía la recolección era de una actividad febril. Las mujeres preparaban las conservas de tomates previamente sumergidos en un agua de cal y colgados para que se secaran (tomates de cuelga). Se ponían a secar las calabazas y toda la vida giraba en el desplazamiento de los hombres al mercado. El cabeza de familia, con el hijo mayor (desde los 7 años) cargaba los serones de un burro con los productos recogidos en el huerto y los llevaban al mercado de jerez andando junto a la bestia., Al llegar la noche dormían en alguna posada del camino y temprano continuaban su viaje. A su vuelta .al anochecer comían se acostaban y de nuevo volvían a empezar.
Un audiovisual “El libro talonario” sobre un relato de P.A de Alarcón (1867) plasma el habita , el trabajo del mayeto y la intima relación del campesino con sus productos.
Desde el año 2007, se realizan visitas para los centros escolares dentro de un programa de Educación Ambiental, donde se pueden observar los trabajos que se realizan habitualmente en una granja; la visita continua visitando el huerto escolar donde ven los tipo de cultivos que plantaban los antiguos mayetos, así como la forma en la que se cultiva cada planta, o como se deben orientar. Por último visitan el Aula del Camaleón en la “Choza del Cuchillo Pequeño”, donde reciben explicaciones acerca de la vida y hábitat del camaleón, así como la choza de la vivienda del mayeto en la “Choza Cochinera” , y el museo de los aperos en la “Choza de la Media Naranja
Visita esta página en la que se reconstruye la vida de una campesino roteño.