El domingo 24 de noviembre Lola, Chica, Mari Teres, Mayka ,Merche y Ángela estuvimos en un taller de licores que organizaba la empresa Atlántida, entidad privada que se encarga de las visitas guiadas y actividades que se realizan en el jardín Botánico de San Fernando.
Nuestros monitores fueron Mayte Jiménez y J. Manuel Ortiz que se encargaron de enseñarnos el jardín y darnos las nociones básicas para la fabricación de licores caseros, algunos elaborados con plantas recogidas en él.
El Jardín Botánico de San Fernando ocupa los terrenos de un antiguo vivero forestal existente desde el s XVIII, cuya finalidad era la aclimatación de plantas de interés económico o estético a nuestras latitudes. El año 1998 se inaugura como Jardín Botánico y en 2002 pasa a depender de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y a formar parte de la red Andaluza de Jardines Botánicos.
El jardín botánico San Fernando reproduce las características típicas de los jardines hispano-musulmanes. Su zona central la destina a mostrar las plantas que se desarrollan en los distintos ambientes de la provincia de Cádiz, incluidas variedades de cultivos tradicionales y los métodos de ahorro de agua que nuestros antepasados utilizaban. También hay una representación de la fauna americana y canaria y una colección de plantas ornamentales de los parques y jardines de la Bahía de Cádiz.
Aunque su principal objetivo es recrear y conservar la gran diversidad de paisaje vegetales de la provincia de Cádiz, incluidas variedades de cultivos tradicionales en una zona de huerta, en su programa de actividades se le da una gran importancia a la labor didáctica y a la difusión del patrimonio natural por medio de visitas guiadas a particulares y, sobre todo, a escuelas de la zona.
Los recortes que acompañan a otros sectores ha hecho mella también en las actividades antes gratuitas del jardín y desde el 2012 son organizadas por una empresa externa, privada- Atlántida- que por precios ,dicha sea la verdad muy módicos, conciertan visitas guiadas y talleres. De todos modos entrar y pasear por el jardín es totalmente gratuito y su estructura es fácilmente asequible por un a red de paneles muy didácticos que explican los diferentes ecosistemas vegetales.
Las plantas pueden ser reconocidas gracias a carteles con sus nombres comunes y un código de colores que indica algunas de sus característica.
En lo que a flora autóctona se refiere en el Jardín Botánico de San Fernando está representada gran parte de la diversidad ecológica de la provincia de Cádiz a través de diferentes formaciones vegetales que en ella habitan, organizadas en las siguientes zonas: Pinares costeros, Jardín Mediterráneo, Rocallas de solana, Rocallas de umbría, Marismas de marea y Estanques (charcas, lagunas y remansos de ríos gaditanos).La flora ornamental también tiene su lugar en el jardín botánico: Jardín de la Bahía y Jardín de Aclimatación de especies exóticas de América y Canarias
Jardín mediterráneo
En parcelas rectangulares se representan los diferentes paisajes naturales en función de las riquezas minerales de los suelos, su humedad y la intervención humana.
Una parte importante del jardín la constituyen los espacios dedicados a los cultivos tradicionales. Estas variedades, a punto de desaparecer ante el empuje de otras más productivas o de ciclo de crecimiento más rápido, pueden resultar muy útiles en el futuro por su adaptación a las condiciones locales, incluida la resistencia a ciertas plagas.
Estanque
Alberga una representación de la vegetación acuática existente en los remansos de los ríos, lagunas y charcas: plantas totalmente flotantes, plantas enraizadas en el fondo pero que elevan hasta la superficie hojas y flores y aquéllas que sólo tienen bajo el agua las raíces.
Marisma de marea
Pequeños estanque semicircular que acoge la vegetación adaptada a los ciclos de las mareas que constituyen el paisaje dominante de la Bahia de Cádiz. Son plantas perfectamente adaptadas a la salinidad y a la inundación de las mareas.
Rocalla de solana
Nueve islas con materiales rocosos casi sin suelo que incluyen vegetación que se desarrolla en condiciones muy extremas: periodos largo de insolación y azote de fuertes vientos. En estos hábitats se encuentran la mayoría de los endemismos y especies amenazadas de nuestra flora.
Rocalla de umbría
vegetación que crece en zonas sin suelos en las zonas de umbría y por tanto con un alto índice de humedad. Las simas y gargantas rocosas mantienen una humedad bastante alta y estable, lo que unido a la escasa incidencia directa del sol las convierte en “invernaderos” naturales. Es el paisaje de los canutos y sierras del parque de los alcornocales como la del Aljibe y las laderas de umbría de la Sierra de Grazalema.
Pinares costeros
La formación boscosa mas típica del entorno es el pino piñonero que se mezclan con especies arbustivas típicas del monte mediterráneo como lentiscos, retamas, palmitos y sabinas, que se desarrollan perfectamente sobre los suelos arenosos y dan cobijo a especies de la fauna amenazada tan interesantes como el camaleón que igualmente puede ser observado en este Jardín.
Jardín de la Bahía
Pantalla vegetal que actúa de filtro contra los vientos salinos procedentes del mar y protegen al jardín. Son plantas que podemos ver con frecuencia en nuestros parques y jardines.
Jardín de aclimatación
Plantas que han sido introducidas de Canarias o América. Es un homenaje a la época dorada de la Botánica española de la que la Bahía de Cádiz fue centro, durante la segunda mitad del siglo XVIII, al ser origen de expediciones y centro de recepción de multitud de especies de interés económico u ornamental cuya aclimatación y dispersión por el Viejo Mundo se inició precisamente aquí.
Después de la visita empezamos el taller de licores
Para la fabricación de los licores necesitamos: los ingredientes, un alcohol de alta graduación y azúcar para el almíbar.
Los ingredientes pueden ser variadísimos: frutas, hierbas, especias. frutos secos, café, miel…….solos o mezclados.
Encontrar un alcohol insípido o al menos que no contenga azúcar no es muy fácil. Lo mejor es el alcohol vínico o el orujo, pero sale caro. Se puede usar vodka, ron o cualquier otro licor seco de graduacion elevada para que se conserven los ingredientes.
Todos los licores pueden ser azucarados o no, según nuestro gusto. Para endulzarlos hay que añadir un almíbar después del filtrado. La proporción es una taza de agua por una de azúcar. Echaremos tantas tazas y agua como cantidad de alcohol. Lo mejor es añadir a ojo, midiendo siempre para futuras elaboraciones, hasta darle el punto que nos guste.
Los utensilios básicos que necesitamos son:
- Una probeta o un medidor de líquidos ya que es conveniente apuntar las proporciones para volver a hacer la receta o corregir los errores.
- Un peso de gramos para los ingredientes
- Un tarro de boca ancha de una capacidad suficiente ya que hay que tener en cuenta no solo la cantidad de alcohol sino el ingrediente que vayamos a añadir y el almíbar
- Un filtro de cafetera, no de papel, sino de material.
La fabricación
Nosotros los fabricamos de uva, canela y clavo; hierbas aromáticas (menta, tomillo y salvia) y frutas (mango y kiwi).
Cada uno hizo 100 ml del que mas le gustaba.
- En primer lugar hay que lavar las frutas, las especias o las hierbas
- Medir el licor
- Macerar durante tres meses en un lugar oscuro o cubierto con papel albal moviéndolo de vez en cuando
- Filtrarlo. Si es de frutas podemos presionarla para que suelte más jugo.
- Hacer el almíbar y añadirlo. Poner el azúcar y el agua-es mejor agua mineral- y dejar que hierva durante 5 minutos. Se puede consumir de inmediato pero esta mejor unos días después
Se conserva mucho tiempo, hasta un año, y puede meterse en el congelador para que enfríe ya que por la alta graduación no llega a congelarse.
Para que viéramos el resultado probamos uno elaborado por J Manuel con majuelo o espino blanco, madroños y frutos de mirto muy similar al pacharán. Delicioso.
El taller ha tenido una gran acogida por el público, de hecho las 40 plazas se había cubierto a principio de la semana.