Para despedirnos antes de las vacaciones decidimos ir a comer a La Candela y así probar la nueva carta de verano. Esta vez a pesar de los trabajos y obligaciones pudimos ir todas. ¡Que alegría!
Era un día entresemana, un miércoles y el local estaba casi lleno, pero Carmen nos había reservado una mesa para diez junto a una de las ventanas, la de los vinilos bonitos, al lado de la biblioteca de libros de cocina y de la colección de antiguas teteras de porcelana y loza.
Empezamos con cervecitas y los ya clásicos vermut: una combinación riquísima de Martini blanco y rojo aromatizado con naranja.
Para la comida probamos un vino valenciano de nombre muy sugerente: “El novio perfecto” de Bodegas Cherubino Valsangiacomo. Es un blanco joven, 50% Moscatel y 50% Viura. Las dos variedades se elaboran por separado, obteniendo un moscatel seco y cortando la fermentación de la Viura para mantener una concentración de azúcar próxima a los 80 g/l.
De esta forma se obtiene un blanco, que siendo semi-dulce, es ligero en boca con el carácter inconfundible del Moscatel, pero con la frescura y acidez que equilibra el dulzor.
Dejamos a Carmen que nos pusiera lo que ella quisiera porque-como ya habíamos comprobado en otras ocasiones- su elección seria acertada.
Empezamos con “Barqueta de picadillo de pulpo con mango y guacamole”, un plato refrescante, muy veraniego que nos sorprendió por la textura del pulpo y la combinación original de los sabores del guacamole y mango.
Seguimos con unas “Tortillas de trufa y patatas”, jugosas y muy aromáticas que nos supieron a poco.
A continuación una “Escalibada de berenjenas y pimientos al carbón con ventresca de atún sobre un pan de semillas”. El atún estaba fresquísimo, en su punto y las verduras tenían el saborcito ahumado de los asados al carbón.
En cuarto lugar Carmen nos puso una “Parrillada de verdura con huevo a baja temperatura”. Las verduras crujientes se mezclaban con la untuosidad de la yema de huevo dándole a este plato tradicional un punto novedoso y fresco sin la pesadez del huevo frito que tradicionalmente las acompaña.
Ya íbamos por el quinto plato y no nos encontrábamos nada pesadas Llegaron entonces unos “Chipirones rellenos con salsa de su tinta”. En su interior una farsa de las patas y bigotes con pan rallado, perejil y ajo y cubiertos por una salsa contundente y sabrosa a base de la tinta.
Todavía nos quedaban dos platos más y nos encontrábamos muy bien: “Bacalao con humus, aceite de albahaca y langostinos” y los ya famosos “Raviolis con confit de pato” un plato ya emblemático de La Candela que por la demanda no pueden quitar de la carta.
El bacalao era de muy buena calidad, con grandes y jugosas lascas y muy original la combinación con el humus.
Al fin llegaron los postres.!!! Además de los ya conocidos: “Sorbete de mojito” y “Tarta de queso” pudimos probar como primicia una exquisita tarta “Selva negra acompañada de un chupito de Cerveza Kriek.”un tipo de cerveza belga, obtenida mediante la fermentación de cerezas agrias
Como sobremesa un cafetito y una charlita con Carmen y Víctor a los que dimos la enhorabuena por este menú tan veraniego y equilibrado.