Una vez mas este entusiasta grupo de blogueros armados con libretas y cámaras fotográficas realizamos una nueva salida para seguir descubriendo los tesoros gastronómicos, empresariales y culturales que encierra nuestra provincia.
Ya habíamos concertado hace tiempo la visita a la cooperativa las virtudes, concretamente desde las VII Jornadas de la Huerta de Conil que organizó la asociación de Jóvenes Cocineros de esta localidad. Los olores, sabores y colores de las naves de esta cooperativa nos dejaron prendadas y Bartolomé Ramírez, su Presidente, no dudo en ofrecernos una visita más detallada que por supuesto aceptamos encantadas.
Posteriormente descubrimos en las redes sociales que recientemente se había inaugurado una nave de injerto que completaba las instalaciones de un invernadero que la cooperativa tiene en la Urbanización Las Parcelas de Roche. Lo comentamos con Bartolomé que con su encanto y campechanía habitual nos dijo “sin problema” y por supuesto , que también lo incluimos en nuestra visita.
Como es costumbre, desayunamos juntos en la Venta Los Mellizos muy bien acompañadlas por Charo Barrios y Antonio Vizcaíno , Carmen Ibáñez Quignon, Pepe Pérez Moreno y José Luis Flores del Grupo Gastronómico Gaditano y el Grupo Gastronómico El Almirez casi al completo con algunos Almireces consortes: Jerónimo, Miguel Ángel y Francisco.
Y ya el grupo al completo nos dirigimos a nuestra primera visita: el semillero que la Cooperativa Las Virtudes tiene en término de Conil. Las primeras instalaciones se inauguraron en Septiembre de 2002 con el fin de suministrar semillas y plantones de calidad a los socios de la cooperativa repartidos por la comarca de La Janda ( Conil, Chiclana, Medina Sidonia y La Oliva (Vejer) )
Actualmente tiene dos encargados: Pedro Sánchez y Juan Alba que nos atendieron de maravilla y respondieron a todas nuestras preguntas. Cuenta además con dos trabajadores fijos y 10 injertadoras.
Ocupa una superficie de 15.000mt2 con instalaciones para la siembra mecánica, 2 cámaras, 10 naves para trasplante, una zona destinada a injertos y un campo de trabajo para el cultivo hidropónico de tomates.
La historia de cada una de las plantas comienza en la sembradora mecánica, una compleja máquina que selecciona cada semilla y la siembra en bandejas de turba con una base aislante a razón de 600 bandejas por hora.
Las semillas pasan posteriormente a una cámara con temperatura controlada a 25 grados donde en tres días, se produce la germinación
A los 25 días las semillas son trasplantadas a las 10 naves que forman el semillero.
Las naves, a diferencia de otros invernaderos de la provincia, tienen estructura semicircular, frontal de metacrilato para combatir el levante y están cubiertas por 4.000 mt2 de malla para dar sombra. En total las naves tienen 18 carros de riego mecánico controlados por ordenador que según la estación realiza un a o dos sesiones para lograr el microclima calido y húmedo que necesita la planta.
La mayor parte de las semillas son de distintas variedades de tomate: Matías, Panecro, Matísimo, Runner, 12-14, Tysey y Malica pero también se siembran otras verduras, hortalizas y frutas: pimientos, calabacines, berenjenas, calabazas, pepinos, coles, melones, sandías….…..
A las primitivas instalaciones se ha sumado en 2014-15 un campo de ensayo para probar diferentes variedades de semillas seleccionando posteriormente las que son mas viables y productivas. Son naves de cultivo hidropónico con riego y fertilización controlada mecánicamente destinadas a la producción de tomates – en su mayoría (90%) de la variedad Matias – aunque también pudimos ver pimientos y probar directamente de la mata otras variedades de tomate.
Las plantas son polinizadas por abejas de los panales que están dentro del invernadero
Recientemente, en marzo 2017, subvencionado en parte por la Diputación de Cádiz se ha inaugurado una cámara de injertos paras hortalizas que permitirá mejorar las distintas variedades cultivadas, aumentar su producción y abaratar los costes ya que hasta ahora se traían los brotes de otras provincias como Málaga y Almería.
Las instalaciones para el injerto consisten en una cámara donde se realizan manualmente los injertos. Curiosamente todo el personal que realiza esta labor es femenino por la precisión y delicadeza que realizan los cortes y la unión de cabeza y pie mediante pinzas.
Las plantas pasan posteriormente – entre 4 y 6 días- a dos cámaras climatizadas en condiciones idóneas de humedad y a una temperatura de 27º donde se efectúa el agarre bajo plástico bañadas por la luz ultravioleta que proyectan varios carros con iluminación Led. Posteriormente se pasan al semillero donde se realiza el despunte.
Y así terminamos nuestra visita con el regusto todavía en la boca de los exquisitos tomatitos que probamos directamente de la mata y satisfechos porque de ahora en adelante nuestros tomates ya tienen vida e historia.