Los 25 km de esta última etapa nos llevan por fin a la meta del Camino: Santiago de Compostela.
Tras dejar Padrón cruzando el puente sobre el río Sar, entramos en Iria Flavia, antigua sede episcopal que dejó de serlo a favor de Compostela cuando se descubrió el cuerpo del Apóstol. En ella nos recibe la colegiata de Santa María de Adina, en cuyo cementerio anexo descansa Camilo José Cela. Caminando junto a hermosos hórreos, podremos visitar el Santuario barroco de A Esclavitude o la iglesia de origen románico de Santa María de Cruces.
Tras pasar O Milladoiro, subimos el Agro dos Monteiros, que es el equivalente del Monte do Gozo del Camino Portugués. Desde él disfrutamos ya de la primera vista de Santiago y de las torres de la catedral, distantes unos 7 km.
Bajando del Agro dos Monteiros, entramos ya en el Concello de Santiago y, tras atravesar algunos núcleos cercanos, en la propia ciudad compostelana.
El Camino Portugués llegará a través de la Porta Faxeira, uno de los accesos al centro histórico de Santiago. Por la animada rúa do Franco y atravesando la plaza de Fonseca, llegamos a la meta que nos trazamos al salir de Valença do Minho: la plaza del Obradoiro se abre ante nosotros y, en ella, nos recibe la Catedral de Santiago. Es el momento de tumbarse sobre las mochilas y contemplarla.
Santiago es una ciudad monumental, destacando su Catedral, pese a que actualmente no es posible admirar su fachada principal ni el Pórtico de la Gloria, por hallarse en obras. Cualquiera de las fachadas es espectacular, ya sea desde la plaza de la Inmaculada, desde la de Platerías o desde Quintana. En su interior, muchos peregrinos cumplen con la tradición del abrazo a la imagen del Apóstol y la visita al sepulcro que se encuentra bajo en altar mayor. Contemplar en funcionamiento el Botafumeiro (que, en gallego, significa “el que echa humo” y alcanza más de 20 metros de altura en su vuelo) es también uno de los momentos más recordados por los peregrinos.
En los múltiples establecimientos de Santiago podremos degustar todos los productos de la rica gastronomía gallega, siendo igualmente muy recomendable una visita a la plaza del mercado (de hecho, el segundo lugar más visitado, después de la Catedral). Y, desde luego, no podremos olvidar los dulces y postres.
Tampoco olvidaremos acudir a la Oficina de Acogida del Peregrino, donde presentaremos la Credencial que hemos ido sellando a lo largo de todo el Camino y obtendremos la Compostela, que acreditará que hemos hecho la peregrinación cumpliendo, al menos, los últimos 100 km a pie (o a caballo) o los últimos 200 km en bicicleta.
Y, a partir de ahora, soñar con el próximo Camino.